Uno llega al final de la playa, donde se une con el mar y de pronto se da cuenta que las botellas se han acabado....que ya no llegarán más....
Ello quizá se deba a la falta de tiempo o de papel....también es posible que las notas ya no sean necesarias o que ya no sea necesario decir nada más, en todos los casos, la escasez permite hacer un recuento de cada una de las que vinieron a dar hasta aquí.....a fin de cuentas, la playa ya no contará con ese vaivén comunicador de emociones; supongo que ha llegado el momento.
Como un nueva versión del Crusoe de Defoe, me quedo en esta isla que seguirá siendo mi casa, mientra el sol cambiante del horizonte me deja saber que estás bien.....
Dios te bendiga todos los días de tu vida; bendito tu corazón!
Edgar
P.D. Dejemos los buenos deseos, los besos y los abrazos donde pertenecen, en ese lugar que quizá algún día sirvan para descongelar las melancolías.
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