domingo, 19 de diciembre de 2010

Cerrando círculos

Puedo entender, que has dejado abiertas demasiadas historias, y lo respeto. No soy nadie para pedirte más respuestas ni para formularte tantas interrogantes.

Yo corroboré cuál es el círculo que ni tú ni ella han querido cerrar y es precisamente el que abriste mucho tiempo antes de conocerme, con el amor de tu vida; es a la que sigues extrañando día a día, a quien le prometiste estar a su lado cuando seas libre.

Así que, para no dificultarte nada y como última muestra de amor, cierro éste.

Deseando que seas feliz y que encuentres lo que has buscado por tanto tiempo.

Me voy con el equipaje que me queda, un corazón roto, pero que en cuanto logre unir nuevamente sus piezas, pido a Dios que lo fortalezca; dejo aquí cualquier resentimiento que sólo es un estorbo; me llevo todo el amor que te dí, no creo que lo necesites; rebobino el casette y le doy restaurar a partir de abril de 2008, cuando sólo debí agradecer tu mensaje, devolver el saludo y no ilusionarme ni enamorarme, pues tienes razón, evidentemente no era esa tu intención.

Mis lágrimas, también me las llevo, yo creo que me servirán para regar nuevas esperanzas (por lo menos, no las habré derramado en vano).

Si algún día nos encontramos casualmente, no te apures, claro que te saludaré, de la mejor manera, como lo que he sido, una persona que coincidió en algún momento de tu vida, que te compartió unos libros, dos que tres apuntes, alguna información que probablemente te sea útil (y que se enamoró de tí, pero creo que no te diste cuenta).

Te dejo el Castillo, no creo regresar; la imágen de Central Park y Paris, también; a lo mejor los necesites como escenarios para nuevas ilusiones.

Te agradezco el tiempo que generosamente me brindaste; y los momentos?, que bonito que hubieran sido reales, definitivamente creo que soñé ser feliz, soñé haber sido amada, chispas, me desperté llorando.

De antemano, una disculpa si compliqué tu vida, tampoco era mi intención.

También , perdón si no me despido con un beso, pero temo que en él mi alma se quede enganchada y tú comprenderás, uno no puede andar por la vida sin ella, no, perdón, pero mi alma no te la dejo, a falta de corazón, sí la necesito.

Olvídate de mi dirección de correo, de mi número de telefono, de mi cara, de mí por completo. Trataré de hacer lo propio, lo que si te aseguro es que no te incomodaré más.

Dios te bendice.

Adios

No hay comentarios: